La esquina que ocuparon los Hnos, Bolleta fue donde estuvo ubicada la primera sucursal del banco Nación en esta ciudad, calles 25 de Mayo e Hipolito Irigoyen.
La familia Bolleta estuvo compuesta por Enrique, Vicente, Julio, José y María. Eran tan unidos entre sí que daba alegría verlos. Trabajaron en varias actividades, tuvieron maquina limpiadora, taller, almacén, desarmadero de automóviles. Mientras uno realizaba un trabajo, los otros se dedicaban a otros quehaceres; así fueron progresando para llegar a tener algo en sus vidas.
Con el correr del tiempo, las cosas cambiaron, porque ‘los chicos crecen’; la realidad de la vida es así, y cada uno de los hermanos buscó el camino que le pareció más adecuado para darles lo mejor a sus seres queridos.
Con el que yo tuve más trato fue con José (‘Pepe’). Puso un barcito en la calle Güemes, y allí íbamos los afectos al billar y al naipe para ver esos famosos partidos de aquel entonces. Pepe poseía un don: curaba las aceitunas en una forma tan rara que, cuando las servía como ingrediente en el aperitivo, uno se quedaba chupando los labios por el saber que tenían.
Cuántos que lean este relato dirán: ‘Es cierto lo que cuenta el Bisabuelo Macchi’, porque se acordarán de esto!.
Hoy, en esa esquina está instalado un sobrino de ellos, Juan Bolleta: tiene negocio de repuestos y es representante para la ciudad y zona de las famosas máquinas Bernardín.
Si se quiere, Juan tiene una historia: desde muy niño se quedó sin padre, pero no le faltó el apoyo de su madre y sus tíos, al lado de los cuales se hizo hombre. Esto puede servir de ejemplo para nuestra querida juventud, los hombres del mañana, a los que queremos tanto. A ellos les digo que uno no sabe dónde está nuestro destino; así que, sigan trabajando con tesón y alegría en el oficio que les parezca más adecuado, para llegar a ser algo en la vida. Con el correr de los años , no seré yo quien los alabe por lo que hayan sido, pero quizás algún otro lo haga y cuente sus historias.
Terminaré este relato con un recuerdo para quienes de alguna forma lucharon para que la Soc. Italiana de Socorros Mutuos sea lo que es en la actualidad: Ellos son los amigos Bolletta, los Hnos Piceroli, los Hnos. Buschi, Genaro Ferrandi, Rodolfo Turbui, Juan Barribiera, los Scaglioni, los Torsani, los Musso, los Mancinelli, los Tarabelli, yo y muchos a los que no recuerdo en este momento. Todos pusimos una voluntad férrea cuando se trataba de hacer algún trabajo para mejorarla y lograr que nuestra querida Sociedad Italiana ocupe, como en la actualidad, un lugar de privilegio dentro de todas las instituciones de esta ciudad.
A todos ellos, un fuerte abrazo.
Tal como lo recordaba el bisabuelo Cayetano Macchi Nota publicada en la edición de Observador Serrano del 16 de Agosto de 1985