Don Cayetano Di Nunzio llegó desde Italia en el año 1893, cuando aquí todavía no se había creado el Partido de Las Sierras.
Inició su trabajo como mayoral en este pueblo en el año 1898.
Don Cayetano recorrió con su famosa volanta todos los caminos del distrito, llevando a su destino a la numerosa clientela que tenía. Eran tiempos de gauchos calzados y pendencieros, a los que no importaba asesinar para robar según nos comentaba el propio Don Cayetano.
Pero él era hombre dispuesto a todo, y se hacía respetar con su escopeta calibre 16, a la que siempre llevaba bajo el asiento.
En la volanta de don Cayetano pasaron hombres ilustres de aquella época tales como don Julio A. Roca, don Ernesto Tornquist, don Manuel Láinez, don Victorino de la Plaza, etc.
Don Cayetano Di Nunzio y su volanta hicieron historia en nuestro pago chico. Hoy solo nos queda el recuerdo para las generaciones venideras.
Recuerdo que un día (andábamos de farra con la barrita de siempre), ocupamos a Don Cayetano y su volanta para que nos llevara hasta un baile que se realizaba en las afueras del pueblo.
Yo, en el trayecto y medio alegre que estaba, cometí la travesura de agujerear la capota.
Al otro día al darse cuenta y tras averiguar quien había sido, vino Don Cayetano y me dijo: “ Macchi, ¿fuiste vos quien rompió la capota?. No pude negarlo. Prosiguió: “La vas a tener que hacer arreglar, para no denunciarte y hacerle pasar un mal rato a tus padres que te quieren tanto.”.
Fuimos entonces a lo de don José Zeponi, que tenia una talabartería y la arregló. Quedamos mas amigos que antes.
De su descendencia quedan algunos entre nosotros: su hijo Mario, apreciado por todos, y su nieto Carlos, que trabaja en la Cooperativa Rural Ltda..
Tampoco quiero pasar por alto a ese otro gran hombre que fue su hermano Vicente, persona honesta y de carácter amable, tanto él como su señora, Doña Dominga. Dejaron una numerosa descendencia entre los que quedan Domingo (Echeverry), Vicente y Adelina, muy dignos de respeto como sus progenitores.
Tal como lo recordaba el bisabuelo Cayetano Macchi Nota publicada en la edición de Observador Serrano del 15 de Noviembre de 1984