Pequeño Homenaje al entrañable Jorge Selezan, dos valsecitos de su autoría
Finales de 1965. Tenía yo 4 años.
El club Automoto obtenía el título de campeón de fútbol en la Liga de las Sierras.
Al poco tiempo de finalizada la competencia se desarrollaba el almuerzo de Campeones un domingo en el salón de la Sociedad Italiana.
Recuerdo las largas mesas para gran cantidad de público, el inmaculado cielorraso blanco y tengo imágenes de papeles o telas de color rojo y azul adornando el lugar.
Una vez finalizado el almuerzo se presentaron Luisito Ruppel y su conjunto.
Era la primera vez que yo veía una orquesta en vivo.
Mis ojos se detuvieron en el acordeón que me pareció enorme y me deslumbrados su color y su exquisito sonido.
El tiempo pasó, comencé a estudiar música casi 6 años más tarde y en el año 2006 participando de un encuentro regional de acordeonistas conocí a Adalberto Ruppel de San Miguel Arcángel.
Tiempo después fui a visitarlo.
Tenía y tiene gran cantidad de acordeones ya que es un gran luthier.
Entre las que vi me llamó la atención una Settimio Soprani color rojo de 120 bajos en muy buen estado de conservación.
Le pregunté : puedo tocarla? Metele, respondió.
Le pregunté : es tuya? Si respondió. Perteneció a Luisito Ruppel en la década de 1960.
Quedé impactado. La primera acordeón que había visto en mi vida allá por 1965, ahora la tenia en mis manos y tocandola…
Esto me hizo pensar: Yo no elegí el acordeón. El acordeón me eligió a mi.
Carlos Polak. Clases virtuales de acordeón y teclado. 2916490092