Con un emotivo acto, realizado en la tarde de éste viernes, se dejó inaugurado el Centro Recreativo “Club Papelero”
Un predio ubicado en un lugar ideal, hoy neurálgico por que es el paso obligado de muchos vecinos y turistas que transitan por la Avda. Moreno, tal vez el acceso mas transitado al cabo de cada jornada,
Una idea pensada desde el gremio papelero, pero con un gran condimento social y para toda la comunidad.
Parecía utópico, pero en dos años el “Club Papelero” se convirtió en una realidad
Tornquist recupera un sector importantísimo que parecía olvidado y condenado al ostracismo. Sin embargo la tarde de este viernes mostró lo contrario y gracias al esfuerzo del Sindicato Papelero y mucha gente que se sumó a esta feliz iniciativa, hoy contamos con un lugar que seguramente cautivará a propios y extraños.
Se recuperó una cancha abandonada de Padle construida a principio de los 90 y se construyó un quincho cantina con todas las comodidades y se ambientó un patio cervecero con vista a las sierras.
Se instaló una cancha de fútbol con césped sintético, como así también una cancha de voley, otra de fútbol tenis y un paseo con lago artificial.
También se construyeron fogones para que nuestra gente y el turista pueda disfrutar.
Las instalaciones fueron bendecidas por el padre Norberto Lopez y el pastor Héctor Paez
En el acto inaugural estuvo presente Ramón Aguirre perteneciente a la Federación de obreros de la industria del papel,cartón y químicos; integrantes del Departamento Ejecutivo Municipal, del Honorable Concejo Deliberante; autoridades de la empresa Interpack; representantes de distintas instituciones y un importante número de trabajadores jubilados.
Reconocimiento al esfuerzo realizado
Por el esfueerzo puesto de manifiesto en estos dos años recibieron un reconocimiento Luis Vallese, Gustavo “Mono” Lanaro y Luis Navas, quienes dedicaron mucho de su tiempo para hacer realidad este proyecto.
Media Pinta Rock le puso el condimento musical a una jornada que seguramente será recordada, desde lo social, como un salto de calidad y un valioso aporte al crecimiento y al desarrollo de nuestra comunidad.
“Quisiera que esto dure para siempre”
Con un enfoque poético, no exento de sentimiento, Ceferino Marcolini, pareció darle vida al lugar, que de hecho la tiene, sumando a su relato el espíritu de este estupendo emprendimiento que significa un importante aporte para la comunidad y, si lo vemos desde el punto de vista turístico, para toda la comarca.
“Debido a nuestra actividad, somos trabajadores papeleros, frecuentemente circulamos frente tuyo. Estabas semioculto, deprimidos, cabizbajo, retraído; como cualquiera ser condenado al olvido. Más que razonable tan desoladora imagen, si fuiste alguien que experimentó semejante penuria” relató Ceferino.
“Durante ese ir y venir fuimos visibilizando tú presencia, poco a poco te descubríamos, en tu refugio, agazapado. Hace más de dos años prendió, en muchos de nosotros, el deseo de verte renacer. De volver a verte brillar. Los que te frecuentamos, en tu apogeo, allá por principios de los años 90, damos fe de que fuiste brillante” recuerda el Secretario del gremio papelero.
“El destino quiso que una gris tarde de otoño, tu existencia, fuese motivo de conversación. Y, envalentonados por un logro que se acababa de plasmar, fuimos en tu búsqueda. Fuimos por la épica de darle curso a tu rehabilitación. La reconquista, sería, para darle un matiz heroico”
“El procedimientos fue nada burocrático, buena señal. La gestión dio sus frutos. Y, a la par de una primavera que comenzaba a asomar; ocurrió que fuimos, felizmente, condecorados con tu tenencia”
“Así fue que acudimos a tu encuentro, y por primera vez te vimos sonreír. Te sentimos, te respiramos y nos hiciste saber que no nos equivocamos. Fuiste, sos serás: amable, pacífico, simpático, querible,; demasiado. Nos enseñaste a quererte también, y poco a poco nos permitiste iniciar la transformación: Te limpiamos, te regamos; sonreías sin parar. Te abrigamos, te cobijamos, te arropamos; y reías a carcajadas. Te decoramos, te coloreamos, te maquillamos; y corcoveabas de felicidad. Ese es el punto, volviste a ser inmensamente feliz, nos lo hiciste notar: feliz, alegre y vivaz. Y lo mejor de todo, nos hiciste felices a todos nosotros. Tuviste momentos de zozobra, claro está, como cuando dejaste caer unas lágrimas, pensando que, otra vez, te iban a abandonar. Pero el amor es más fuerte, ese que dicen que vence al odio, y ninguna difamación iba a sofrenar tanto amor. Y lo comprobaste aquella tarde que te llenamos de flores, de fresnos, de arbustos. Esa tarde donde la fragancia y el color te llenaron el alma; y más que copado, te pusiste a bailar de alegría.
“Tu dicha se completó cuando comenzaste a recibir gratas, muy gratas, visitas. Con brazos abiertos y sonrisa gigante, asiduamente, le das la bienvenida a chicas futbolistas, a papás e hijos con sus paletas, a grupos de amigos que pasan a conocerte, a pintores y muraleras. Pues, sí; ya te convertiste en un anfitrión estelar”
“Y hoy estamos acá, para presentarte en sociedad. Sos el gran homenajeado. El renacimiento llegó. Quien te ha visto y quiién te ve. Ojalá esto sea eterno. Quisiera que esto dure para siempre. Y si no lo es, si algún día volvés a sentir la aflicción de un nuevo desamparo, no va a ser por tu culpa, sino, que no te merecemos. Pero mejor no hablar de ciertas cosas. Mejor es creer en la evolución de los queridos habitantes de nuestro amado distrito. Mejor es dar “gracias a la vida”, gracias por esta oportunidad que nos brinda. Y, sobretodo, darte las gracias a vos, queridísimo Club Papelero, por recibirnos y abrazarnos a todos en este emotivo reecuentro. Y que el abrazo sea interminable, ojalá así sea” concluyó Ceferino Marcolini.
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